Las carillas dentales se utilizan en estética dental para modificar el color, forma y tamaño del diente, enmascarando problemas estéticos y ofreciendo como resultado una sonrisa natural y atractiva.
Se trata de una intervención estrictamente estética y en ningún caso la solución a ningún problema dental. Las carillas son un recubrimiento que se coloca sobre los dientes, es decir, no se emplean para sustituir ninguna pieza dental.
Función
Dotar de un aspecto más estético a la cavidad oral restaurando así la parte frontal de los dientes para solucionar problemas relacionados con la coloración dental, alteración en la forma o disposición de los dientes e incluso cerrar la separación de estos, lo que conocemos como diastema.
¿Qué podemos conseguir con su uso?
- Cambiar el tono de color del diente.
- Modificar la forma de la pieza dental.
- Remodelar las piezas dentales astilladas.
- Mejorar la alineación de las piezas dentales.
- Modificar los daños debidos al bruxismo, sobre todo el desgaste.
Tipos de carillas dentales
Carillas de composite
Las carillas hechas de composite están compuestas de un material con una base de resina acrílica mezclada con cerámica, lo que le dota de una resistencia bastante alta. Son colocadas directamente sobre el diente, donde el profesional moldea la forma y da el tamaño deseado, para después endurecerlo utilizando luz ultravioleta.
Su gran ventaja es que no necesitan de mucha preparación previa, tan solo un limado del esmalte del diente. Su proceso de producción es más rápido que las de composite ya que necesario realizarlas en un laboratorio externo, por lo que son más baratas. también son más fáciles de reparar si se fracturan.
Su principal inconveniente es que su duración es menos que las de porcelana, entre 5 y 10 años, y no se puede descartar que con el tiempo y el uso de alimentos y bebidas el color del material de las carillas cambie. A pesar de su gran resistencia, es necesario acudir periódicamente al dentista para su mantenimiento. Es más fácil que se fracture una carilla de composite que una de porcelana.
Carillas de porcelana
Las carillas de cerámica o porcelana están hechas de unas finas láminas fabricadas con porcelana que una vez colocadas en la cara externa del diente tienen el objetivo de mejorar su apariencia.
Sirven para modificar aspectos como la forma, el tamaño, la posición o el color de los dientes.
Comparándose con las de composite, estas son de mejor calidad, ya que suelen durar mayor tiempo y el mantenimiento es más fácil. Aunque el tratamiento con carillas de porcelana, suele parecer más costoso que otros tratamientos de estética dental, su coste se compensa con el tiempo, ya que aunque las de composite inicialmente aportan la misma solución estética, pero a menor precio, suelen requerir mayor mantenimiento y seguramente deberán ser reemplazados en menor tiempo.
Podemos encontrar dos tipos de carillas de porcelana:
Ultrafinas:
Son las que más calidad y duración ofrecen. La resistencia de las carillas ultrafinas se debe a la porcelana inyectada que se emplea para su confección.
El grosor de estas láminas es similar al de una lentilla, su espesor oscila entre los 0,3 y 1 milímetros, por lo que como norma general no es necesario limar ni alterar la forma del diente natural.
De Zirconio:
El zirconio es un material muy resistente que ofrece unos resultados altamente estéticos, pero en caso de las carillas se emplea excepcionalmente en circunstancias muy concretas, como por ejemplo en le caso de que un paciente tenga un perno metálico que no puede ser retirado en su pieza dental .
Su grosor es mayor y son más opacas que las carillas ultrafinas. Aprovecha el MES DE ESTÉTICA DENTAL en ILC y benefíciate de un 30% de descuento hasta el 29 de febrero!!
