La OMS(Organización Mundial de la Salud) recomienda realizarse 2 limpiezas dentales al año para mantener una buena salud bucal. Como muchas otras recomendaciones de salud, hay un alto porcentaje de personas que no se realizan una limpieza bucodental con regularidad, e incluso, que nunca se han realizado ninguna.
En al actualidad, las limpiezas dentales tienen un precio muy asequible y es aconsejable realizárselas por prevención de diversas patologías.
¿Por qué son recomendables?
Es lo qmás conveniente para una óptima salud bucodental, y a su vez es un proceso para revisar y sacar a la luz posibles problemas que hayan afectado a nuestra dentadura desde la última limpieza que nos hicimos, bien sean caries, otro tipo de bacterias o incluso afecciones de mayor gravedad. Además, es totalmente indolora, una limpieza dental no duele, si acaso puede ser algo molesta pero nada más.
Después de la limpieza es probable que ciertas zonas en la línea de los dientes con la encía se vean un poco enrojecidas por la irritación del paso de la herramienta y en algunos casos los pacientes pueden experimentar cierta sensibilidad dental después de la limpieza, de cualquier manera si hubiera cualquier mínima molestia desaparecería en unas 24-48 horas como máximo.
¿En qué consisten?
La limpieza dental es de un proceso sencillo en el que se lleva a cabo un análisis y observación tanto de las piezas dentales como de las encías, con el objetivo tanto de localizar y eliminar el sarro existente y limpiar la placa bacteriana, como para comprobar si alguna o algunas piezas dentales se encuentran afectadas por una afección o incluso si pudiera existir algún tipo de enfermedad periodontal.
Por medio de una lupa y un raspador, el especialista tiñe la placa bacteriana y suprime el sarro acumulado también por debajo de la encía con la cureta. Del mismo modo, se empleará el hilo dental y los denominados cepillos interproximales para limpiar los espacios interdentales. El agua a presión eliminará las manchas ocasionadas por alimentos o líquidos con pigmentos, como el café.
Una vez acabada la intervención no existen recomendaciones especiales, si acaso evitar durante las horas posteriores algunos alimentos más ácidos (carne) o demasiado fríos (helados) que puedan ocasionar molestias a las personas con mayor la sensibilidad dental. Puede suceder lo mismo, en casos puntuales, con los dulces y la bollería por el consumo de azúcar, y en bebidas como el café o los refrescos.
De cualquier manera, aunque seamos regulares en nuestra cita con el dentista para nuestras dos limpiezas anuales, una adecuado cepillado diario (después de cada comida), junto con el empleo del hilo dental y el enjuague bucal, seguirá siendo fundamental para nuestra salud bucodental…¿Ya tienes cita para tu limpieza dental?
